México necesita recuperar el terreno económico no aprovechado durante todo el anterior sexenio

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México necesita recuperar el terreno económico no aprovechado durante todo el anterior sexenio; ya que, el sexenio que recién termino sólo registrará un crecimiento de no más del 0.8 por ciento en su Producto Interno Bruto (PIB) promedio anual. Crecer en esta magnitud en promedio durante 6 años, resulta muy pobre y habremos de hacer lo necesario para que esto no se repita a pesar de los contratiempos a los que nos enfrentemos – seguramente-, de cualquier índole.


*Por: Ing. Juan Manuel Chaparro Romero.

Vicepresidente de Fomento Industrial del Sector Metal Mecánico de la CANACINTRA.

 

El ahora nuevo gobierno deberá de aplicarse con verdadera VOLUNTAD POLITICA y visión positiva hacia un mayor crecimiento económico del PIB que le permita retomar el camino para que México se desarrolle como un líder global. ¿ cómo la va hacer?, reduciendo la incertidumbre política -sobre las inversiones- que se generó durante el anterior sexenio – aunque las autoridades no lo reconozcan-; además de que, se deberá de garantizar la confianza a lo invertido proporcionando verdadera y efectiva certeza jurídica y un real estado de derecho funcional hacia los inversionistas tanto nacionales como extranjeros; sin olvidar por supuesto, el atender la grave situación – porque lo es-, de inseguridad pública que se hereda del sexenio anterior y que pretende controlar las economías locales en una magnitud muy delicada originando una baja actividad económica y cierre de negocios en gran parte del país; tal y como, está sucediendo en gran parte de los sectores industriales y entidades del país; así como, también en el sector agrícola nacional donde para operar y comercializar los productores tienen que erogar dinero – cobro de piso, extorsión, etc.-  a la delincuencia para: sembrar, cosechar, comercializar y hasta para transitar dentro de sus regiones territoriales; cosa que, impacta en los precios de sus productos y por supuesto en la inflación nacional.

 

También habrá que erradicar la inseguridad jurídica que se transmite a los inversionistas a través de las reformas recientemente aprobadas – aunque las autoridades gubernamentales no lo conceptúan así-; ya que, debilitan el sistema de justicia del país y con ello, proyectan una ausencia de un verdadero estado de derecho y en particular con los países con los que hay algún tratado comercial firmado; cosa que, el ahora nuevo gobierno deberá de entender, considerarlo y proceder rectificando como corresponda.

 

El gobierno del anterior sexenio, dejó al nuevo gobierno una problemática “critica” que hacen dudar tanto a los inversionistas nuevos así como a los ya captados de en donde colocar sus dineros; eventos que, hacen que nuestra economía muestre bajo dinamismo a la fecha en lugar de una tendencia acelerada al crecimiento. A la fecha, existe una creciente cautela para invertir en México como el consecuencia de lo expresado por el candidato del partido republicano en los Estados Unidos de Norteamérica (EU), quien se atreve a amenazar a empresas extranjeras de que si invierten en nuestro país los amaga con imponerles un arancel entre el 100 y 200 por ciento para sus productos que quieran ingresar a los EU y no solo queda en esto sino que, da a entender que revisaría llevaría a cabo modificaciones al actual T-MEC. Y seguramente, derivado de esta serie de amenazas, también no tardaría en pronunciarse en dejar de surtir gas natural a nuestro país; del cual, dependemos en promedio de los Estados Unidos de Norteamérica en un casi 75 por ciento de su suministro; cosa que, denotaría que en México no somos autosuficientes en este insumo y la soberanía nacional corre un riesgo enorme y esto si es un asunto de seguridad nacional.

 

Pero regresando a lo nuestro de lograr el crecimiento necesario en forma acelerada, será importante que se considere como objetivo que la economía mexicana junto con su industria crezca dentro de este nuevo sexenio en forma ordenada y sostenible en niveles del PIB por arriba del 4.0 por ciento; en donde tanto el sector público como como el privado crezcan en forma ordenada y sostenible fortaleciendo y privilegiando sin duda alguna a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPymes) ; y para ello, los empresarios mexicanos – incluidos los Jóvenes Empresarios Emprendedores-, estarán depositando su confianza – como siempre-, apertura y plena disposición para trabajar en consenso y diálogos con el gobierno evitando provocar enfrentamientos, polarización negativa entre ellos; y en su lugar, que sean guiados por una Política Industrial Integral a largo plazo que incluya la digitalización de trámites y documentos oficiales; así como, programas de apoyo y financiamiento hacia el sector empresarial; de tal manera que, en conjunto se detone el desarrollo nacional de nuestro mercado interno y así, lograr mayor número de empleos formales bien remunerados para un mayor y mejor bienestar a todos.

 

Para todo esto, se requiere que, las inversiones productivas totales del país conformen en este nuevo sexenio al menos el 27 por ciento del PIB nacional; dentro del cual, las correspondientes al sector público no sean menores al 5 por ciento respecto del PIB  ( 3.1 % promedio últimos 10 años- y que estas estén bien enfocadas y encaminadas a ir fortaleciendo la infraestructura necesaria básica a mediano y largo plazo que requiere el país y evitar concentrarse en proyectos que además de absorber altos recursos económicos, no sean rentables o productivos. Por su parte, las inversiones privadas no deben ser menores al 22 por ciento (21.3 en promedio de los últimos 10 años); es decir, el sector privado invierte en México en promedio como mínimo anualmente 7 veces más en montos de proyectos de inversión con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) a nivel nacional comparado con la inversión pública. 

 

México necesita más y mayor infraestructura de servicios básicos, como electricidad, gas natural y agua; así como, mantenimiento y ampliación de la Infraestructura pública ya existente-, para proporcionar a los inversionistas la suficiente luz  a precios competitivos al menos al nivel de los Estados fronterizos que colindan entre México y los Estados Unidos de Norteamérica; y para esto, se deberá efectuar una transición efectiva hacia el uso intensivo de energías renovables- incluido el buen tratamiento de residuos-, para cooperar a mejorar el saneamiento del medio ambiente; así como, invertir en lograr una mayor capacidad de transmisión y distribución de las energías que requiere la industria nacional para así no estar limitando su consumo a los industriales; por supuesto que, se habrá que trabajar e invertir para que el sistema de suministro eléctrico y de agua a nivel nacional se “alivien” del estrés en el que se encuentran y así tener la luz y agua necesaria tanto para la población como para los procesos productivos EN TODO EL PAÍS.

 

Además, sabiendo que la industria nacional representa más del 40 por ciento del PIB se hace necesario también apoyarla – a la industria nacional-, proporcionándole la infraestructura necesaria para su desarrollo, como es el caso del sistema de aguas para prevenir y reducir las inundaciones que se provocan por no tener la infraestructura adecuada en sistemas de drenaje y por supuesto, también se deberá trabajar en construir un sistema de aprovechamiento en la recolección de aguas que la naturaleza nos da a través de la lluvia y no dejar que gran parte del el preciado líquido se desaloje hacia los ductos de aguas residuales.

 

Por todo esto, se requiere además, tener bien definidas las regiones de desarrollo en donde se enfocaran los esfuerzos económicos durante este nuevo sexenio por comenzar; para así, crecer atrayendo nuevas inversiones en forma sostenible; ya que, de otra forma, el nearshoring lo seguirán acaparado otros países que si se han aplicado en estas recomendaciones ;y aquí en nuestro país – México-, nuestras autoridades gubernamentales seguirán ensalzando como atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) las re inversiones que las empresas ya instaladas – tradicionales-, en nuestro país están realizando año tras año y que superan más del 90 por ciento consideradas dentro de la IED registrada a la fecha 2024-; es decir, gran parte de la actual IED no es proveniente de nuevas empresas; cosa que, le corresponderá a el nuevo Secretario de Economía definir y separar apropiadamente de donde provienen exacta y realmente las inversiones catalogadas como IED y cuantas de ellas son re inversiones y cuantas son nuevas inversiones; y además, si son reales o concretadas o “anunciadas” sin concretar.

 

El Generar fuentes de trabajo formales a través de más y mayores inversiones productivas público- privadas, es en definitiva la mejor ayuda con beneficio social que se le puede dar al país y a cada uno de los mexicanos en forma uniforme y constante por largo plazo”; y para que esto suceda, hay que aprovechar este momento que ha provocado el “ nearshoring” o traslado de empresas desde países lejanos a otros que se encuentran cercanos a los mercados de ventas considerables, como es el caso de México y su vecindad con Estados Unidos; de no actuar correctamente y con sentido de urgencia ante este fenómeno del nearshoring u otro equivalente, lo que estaremos es generando reducción de la formalidad y acrecentando la informalidad, cosa no deseable.

 

Por su parte, la industria manufacturera nacional - que tiene una participación porcentual que rebasa el 20 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional-, debe de producir más productos de los que actualmente manufactura y aplicarse en ampliarse con nuevos productos equivalentes a los que al día de hoy se importan; tales como, semiconductores, componentes electrónicos, circuitos impresos, acero grado eléctrico, etc., para reducir su dependencia de abastecimiento de partes, insumos y componentes de otros países; y de así hacerlo, México se beneficiara al generar más empleos formales en un mínimo objetivo anual de 270 mil nuevos empleos por cada punto del PIB y con ello, mayor crecimiento de nuestra economía, y mayores satisfactores a la población a través de nuevos campos de la inversión como lo es la electromovilidad y las comunicaciones basadas en la disponibilidad de un internet amplio y veloz.

 

Y por todo esto, el nuevo gobierno junto con el sector privado empresarial, deberán de conformar una alianza efectiva a través de una Política Industrial Integral para estrechar desde un principio, las relaciones entre ellos y establecer un Plan Nacional de Infraestructura y Desarrollo Nacional,  que logre agregar mayor valor a las manufacturas mexicanas a través de, promover, incentivar agresivamente y ejecutar un PROGRAMA NACIONAL DE INTEGRACIÓN NACIONAL o DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES para elevar el CONTENIDO NACIONAL O REGIONAL con componentes de calidad hechas en México y así, desarrollar la proveeduría local agregando mayor valor a lo fabricado en México y automáticamente lograr impulsar una mayor productividad dentro de las cadenas productivas existentes que generen más empleos mejor pagados a mayor número de mexicanos, en donde la ciencia, la digitalización, el desarrollo tecnológico, la innovación y la capacitación de la mano de obra mexicana deberán de estar presentes en forma constante en todos los procesos de manufactura, operación y control; de tal manera que, las empresas mexicanas y principalmente sus MiPymes mejoren su eficiencia y productividad reduciendo costos y mejorando sus procesos y poder así, ser más competitivas dentro de los mercados tanto locales como internacionales.

 

Paralelamente, los sectores empresarial y gubernamental se debe coordinar para detener y combatir inteligentemente la continua y creciente llegada a nuestro país de productos ilegales con efecto de dumping o derivados del contrabando, artículos piratas, subvaluados o que se importan bajo el régimen temporal y se quedan en el país y que adicionalmente no cumplen las normativas de calidad establecidas para ellos, principalmente provenientes de China, India, países con los que no hay tratado comercial alguno, etc.; al grado de que, en particular con China en los últimos 10 años por cada dólar que México exporta a China, ellos- China-, nos vende cerca de 11 dólares; es decir, el déficit comercial y creciente con ese país es enorme y se seguirá ampliando si no se actúa apropiadamente afectando a la generación de nuevos empleos a mexicanos y para corregir esto casi de inmediato, se deberá de establecer una política arancelaria ante las importaciones de los países con los que no existe un tratado de libre comercio que permita la competitividad “nivelada” o de “piso parejo” vía ajustes a las tarifas arancelarias de importación afectadas y así, permitir y fomentar un buen desarrollo a los productores nacionales. Para esto, el gobierno mexicano y las Cámaras empresariales se deberán coordinar y llevar a cabo ordenadamente esta propuesta necesaria.

 

De lograr implantar, incentivar agresivamente y coordinar un PLAN DE SUSTITUCION DE IMPORTACIONES bien supervisado por la Secretaría de Economía  para integrar más y más componentes importados a nacionales y además, combatir eficazmente el comercio ilegal de mercancías conjuntamente, bien se podría estimar una aportación cercana a 2 puntos adicionales a los crecimientos del PIB mencionados.

 

De no aplicarnos en la realidad, nuestra economía seguirá tendiendo a “enfriarse” o a “ estancarse”como pasan los meses; cosa que, haría que las deseadas y esperadas inversiones dentro del nearshoring se sigan esfumando hacia otros países donde se les ofrecen realidades a través de mejores condiciones de seguridad pública, apoyos fiscales agresivos, un real estado de derecho , certeza jurídica y una mejor infraestructura disponible.

 

Nada será fácil y reiterando: Si el nuevo gobierno se aplica con verdadera VOLUNTAD POLITICA y visión positiva hacia un mayor crecimiento económico del PIB para el futuro; sólo así, se podrá abatir los pronósticos de crecimiento económicos para nuestro país que son reducidos en sus pronósticos de crecimiento del PIB al menos para este 2024 que termina y el año venidero 2025 ; tanto por el Banco de México y la OCDE, etc.; sin embargo, en los Estados Unidos de Norteamérica y China ejecutan programas de incentivos y estímulos para re activar sus economías, sus sistemas financieros, sus sectores productivos como los de: la construcción, tecnologías, transportes, metalmecánico, eléctrico, electrónico, textil, etc.; por todo esto, el nuevo gobierno y el empresariado nacional debemos hacer cosas mejores y lógicas a beneficio de toda la población con sentido de urgencia; y de hacerlo, se contribuiría al beneficio social y económico de toda la población. 

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