Mientras algunos fabricantes automotrices anuncian la transición total a la electromovilidad, otros ralentizan y diversifican sus opciones. Aquí le contamos.
Mercedes ajusta planes de electrificación ante posible crisis eléctrica global
Mercedes-Benz, el gigante automotriz alemán, ha decidido moderar sus ambiciosos planes de transición exclusiva hacia vehículos eléctricos para 2030, en respuesta a una creciente preocupación global sobre la suficiencia de la infraestructura eléctrica. Esta decisión refleja un cambio significativo en la estrategia de la compañía, que anteriormente había anunciado su compromiso de vender únicamente coches eléctricos a partir de la próxima década. Sin embargo, la realidad del panorama energético global y las demandas del mercado han obligado a Mercedes a reconsiderar su postura, asegurando que continuará ofreciendo motores de combustión interna mientras sea viable.
A pesar de la creciente adopción de vehículos eléctricos en mercados clave como Noruega, donde las ventas de estos vehículos han superado expectativas, otros países están empezando a experimentar las limitaciones de sus infraestructuras eléctricas. La sobrecarga en las redes eléctricas de naciones como los Países Bajos, donde el aumento de vehículos eléctricos ha excedido la capacidad de suministro de electricidad, resalta la necesidad de una planificación más robusta y realista.
El reconocimiento de Mercedes de mantener la producción de vehículos con motores de combustión interna sugiere una estrategia más flexible y adaptativa frente a los desafíos futuros. Esta adaptabilidad no solo responde a las incertidumbres del suministro eléctrico global, sino también a las preferencias y necesidades cambiantes de los consumidores, que aún valoran la disponibilidad de opciones de combustión interna.
Las declaraciones de Ola Källenius, CEO de Mercedes, en una entrevista el pasado mes de febrero, subrayan la importancia de mantener una gama de productos diversificada que incluya tanto vehículos eléctricos como de combustión interna. Esta flexibilidad estratégica es crucial para afrontar los imprevistos del mercado y garantizar que la compañía pueda responder eficazmente a las demandas de sus clientes.
La decisión de Mercedes de seguir invirtiendo en tecnologías de combustión interna, mientras explora activamente el desarrollo de vehículos eléctricos, refleja un enfoque pragmático hacia la transición energética. Reconoce los desafíos logísticos y económicos asociados con la electrificación masiva, especialmente en lo que respecta al suministro de materias primas para baterías y la infraestructura de carga.
Tesla también considera ralentizar la electromovilidad
También de Elon Musk CEO de Tesla, ha advertido sobre una inminente crisis global de suministro eléctrico resalta aún más la importancia de considerar fuentes alternativas de energía y sistemas de propulsión para vehículos. Esta perspectiva alinea a Mercedes con la visión de que la diversificación y la innovación serán clave para superar los obstáculos futuros en la movilidad sostenible.
Endorsando las afirmaciones de Musk, un informe reciente publicado por el New York Times indica que el actual consumo elevado de electricidad no solo está llevando a las redes eléctricas al borde de su capacidad, sino que también amenaza con comprometer los objetivos de cambio climático establecidos por naciones avanzadas, ya sea de manera individual o colectiva, como en el caso de la Unión Europea.
El informe también destaca que, aunque la generación de energía se concentra en lugares específicos, ésta debe distribuirse a través del país. Esto pone a las líneas eléctricas, tanto de alta tensión como de tensión normal, bajo un estrés considerable, ya que su capacidad para transportar energía es limitada: al transportar más energía, los cables se calientan y, eventualmente, pueden provocar apagones.
Musk ha comentado que la expansión simultánea de la movilidad eléctrica y la inteligencia artificial está generando una demanda excesiva de electricidad, un problema agravado por el incremento de tecnología basada en IA en los vehículos eléctricos, inteligentes y conectados. Esto no solo aumenta su consumo energético, sino que también exige más de las redes eléctricas, las cuales deben adaptarse para soportar mayores capacidades y rapidez en la respuesta.
Sin embargo, la producción de microchips y baterías también consume una cantidad significativa de energía debido al aumento en la producción global, lo que invariablemente lleva a una mayor dependencia de las centrales eléctricas, las cuales están comenzando a sobrecargarse.
Tres años atrás, el físico argentino Juan Carlos Bolcich expresó su preocupación por los ambiciosos planes de electrificación masiva de las automotrices globales, incluso antes del objetivo de 2035 propuesto por la Comisión Europea.
Destacó la importancia de gestionar la energía de manera que se ajuste a la demanda, pues la electricidad, a diferencia del petróleo, no está concentrada y presenta desafíos en su red de distribución. Bolcich, conocido como el “padre del hidrógeno en Argentina”, sugirió que el hidrógeno no solo podría impulsar motores sino también servir como almacenamiento para la energía eléctrica, mediante electrólisis, durante picos de demanda. Reafirmando sus predicciones de 2021, Bolcich indicó que la neutralidad de carbono con vehículos eléctricos sería desafiante.
BMW producirá exclusivamente autos eléctricos
Por su parte la fábrica de BMW en Múnich está dando un paso decisivo hacia el futuro, comprometiéndose a fabricar exclusivamente vehículos eléctricos a partir del año 2027. Este cambio representa no solo el cierre de un capítulo significativo en la historia de la principal planta del Grupo BMW, sino que también subraya la importancia creciente de la electromovilidad a nivel mundial.
La transición hacia la electromovilidad es vista como un componente esencial en la construcción de un futuro automotriz sostenible. Con esta iniciativa de la Planta de BMW en Múnich, el sector automotor avanza hacia la descarbonización, contribuyendo significativamente a la lucha contra el cambio climático. En este panorama, Latinoamérica emerge como un participante crucial, adoptando tecnologías limpias y respetuosas con el medio ambiente.
Para el 2027, esta planta se convertirá en la primera de la red global de producción de BMW en completar su transición hacia la movilidad eléctrica. Milan Nedeljković, del Consejo de Administración de BMW AG para Producción, enfatiza la inversión de €650 millones como evidencia de la capacidad de adaptación de la planta.
La electromovilidad también promueve la innovación y el avance tecnológico en Latinoamérica. La región tiene el potencial de convertirse en un mercado emergente en la fabricación y desarrollo de tecnologías relacionadas, abriendo oportunidades económicas y laborales.
El compromiso de la Planta de BMW en Múnich con la electromovilidad tiene resonancia en el mercado latinoamericano, potencialmente atrayendo inversiones y fomentando alianzas estratégicas para desarrollar infraestructuras de carga y promover la movilidad eléctrica.
El camino está por definirse
El debate sobre la viabilidad de los vehículos eléctricos y la capacidad de las redes eléctricas para soportar la demanda creciente refleja una conversación más amplia sobre la sostenibilidad y el futuro de la movilidad. A medida que las compañías automotrices, los gobiernos y los consumidores navegan por estos desafíos, la flexibilidad y la innovación continuarán siendo esenciales para el desarrollo de soluciones efectivas y sostenibles.
Así como Mercedez y Tesla se han detenido a evaluar la transición energética total de sus vehículos, del otro lado un grande como BMW ha anunciado la continuidad y celeridad en este proceso. Lo anterior nos deja muchos interrogantes a cerca de las tendencias y cómo harán las empresas para enfrentar los desafíos, pues no hay una posición clara o unificada por parte de la industria. Y ahí también se refleja una oportunidad, que no todos los grandes fabricantes realicen la transición al tiempo genera un equilibrio en el mercado en cuanto a competitividad y serán el tiempo, los consumidores y la solución a los desafíos energéticos quienes resuelvan este estado de incertidumbre.
Se abre una oportunidad para quienes alimentan energéticamente a la industria automotriz, está en sus manos trabajar por solucionar los desafíos o proponer alternativas que también sean sostenibles y no muestren un colapso evidente.
Por ejemplo, Juan Carlos Bolcich, ha enfatizado el potencial del hidrógeno como alternativa energética. Sus contribuciones al debate sobre la sostenibilidad energética ofrecen perspectivas valiosas sobre cómo abordar los desafíos futuros de la movilidad.
Una solución podría ser continuar el camino a energías límpias que no contemplen exclusivamente la electromovilidad.