¿Hacia dónde va la industria maquiladora mexicana?
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Futuro de la industria maquiladora estaría en la producción automotriz, pero el T-MEC representa riesgos, según Banco de la Reserva Federal de Dallas.
Con la pandemia, los cambios en las cadenas de suministro global, la transición hacia la electromovilidad y la desaceleración económica mundial, la industria maquiladora mexicana enfrenta un futuro desafiante, de acuerdo con un análisis del Banco de la Reserva Federal de Dallas.
En 2021, las maquiladoras representaron el 58% del PIB manufacturero de México, también la mayoría de las exportaciones manufactureras del país, y el 48% del empleo industrial.
El ensamble y fabricación de partes para automóviles representa la mayor parte de la producción de las maquiladoras, aunque también producen artículos electrónicos, dispositivos médicos, componentes para aviones y maquinaria, incluso, venden servicios de ingeniería.
Pero el destino de las maquiladoras, ubicadas casi en su mayoría en la zona fronteriza, está ligado a la demanda de bienes en Estados Unidos, lo que las hace susceptibles a las recesiones en ese país. Después de la Gran Recesión de 2007-2009, el empleo maquilador tardó más de tres años en recuperarse. Y hoy, tras la entrada en escena de China y el impacto de la pandemia, están viviendo cambios en su entorno operativo.
“Las maquiladoras han pasado lentamente de una producción de baja calificación y bajos salarios a operaciones de altos salarios y alta productividad. La entrada de China en la OMC en 2001 aceleró esta evolución a medida que la producción de gama baja se trasladó a Asia”, explica Jesús Cañas, economista senior de Negocios en el Banco de la Reserva Federal de Dallas en el reporte.
El especialista destaca que hubo un cambio hacia una mayor productividad en las últimas décadas y la maquila se dirige hacia los cinco sectores de más rápido crecimiento en México: equipos de transporte, productos de papel, plásticos y caucho, productos metálicos fabricados y fabricación de metales primarios. Estas son actividades con mayor productividad y más altos salarios.
Jesús Cañas considera que el futuro de las maquiladoras podría estar en la industria más pujante que es la fabricación de autopartes y ensamblaje de vehículos. Hoy en día, la producción de equipos de transporte representa un tercio del empleo y la producción de las maquiladoras, y es el 3.6% del PIB nacional.
México es en la actualidad el séptimo productor mundial de vehículos ligeros, el número uno en América Latina. Ocupa el cuarto lugar en exportaciones de autopartes y es el principal proveedor de autos y autopartes de Estados Unidos.
Sin embargo, existen algunos riesgos. En principio, la transición a los vehículos eléctricos plantea un desafío. Se espera que de 2020 a 2025, la demanda de componentes automotrices se desplazará hacia trenes de potencia eléctricos, baterías y sistemas avanzados de asistencia al conductor, sensores, info entretenimiento y comunicación. Por otro lado, disminuirá la demanda de componentes para vehículos de combustión, con la consecuente pérdida de empleos.
Lea también: Crece la industria automotriz y de autopartes en 2022
“Si bien la industria maquiladora se ha adaptado rápidamente a los cambios en la tecnología y los que surgen de los ciclos comerciales, el cambio a los vehículos eléctricos es diferente, lo que crea una demanda de nuevos tipos de autopartes con la posible competencia de nuevos participantes en el mercado”, advierte Jesús Cañas en su análisis.
A esto se suma, el Tratado México Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que es más restrictivo en particular para la industria automotriz. Establece reglas de origen para el acero, el aluminio y las partes de vehículos, además de requisitos para la mano de obra y los salarios.
Estos requisitos implicarán alzas en los costos de producción, precios más altos, menor producción y menor demanda en Estados Unidos. El reporte indica que el T-MEC afectará negativamente a los tres países socios, pero México podría tener la mayor pérdida en producción de autos y en el PIB.
Las políticas del gobierno mexicano sobre el sector eléctrico agregan complejidad a este panorama. Por ello, el costo de la electricidad en el país llevará a aumento de los costos para las empresas, lo mismo pasará con las reglas en materia de salarios.
“Los patrones de comercio global en evolución, que reflejan las cadenas de suministro estresadas y el aumento de la producción de vehículos eléctricos, pondrán a prueba la agilidad y las perspectivas de crecimiento de las maquiladoras”, advierte Jesús Cañas, del Banco de la Reserva Federal de Dallas.
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