El arte de diseñar máquinas: Reflexiones desde el legado de 50 años de ANCA

ANCA celebra 50 años liderando la innovación en maquinaria herramienta. Pat McCluskey reflexiona sobre el diseño y la construcción de máquinas que han transformado la industria manufacturera global como rectificadoras CNC.
 

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Durante medio siglo, ANCA ha fabricado las máquinas que fabrican las herramientas que hacen girar el mundo. La mitad de su pareja fundadora, Pat McCluskey, ha diseñado muchas máquinas herramienta rectificadoras en ese tiempo. Afirma que a la hora de diseñar una máquina se han mantenido dos puntos centrales: el cliente y sus expectativas, y el costo de fabricación.

Nunca es el resultado de un capricho. Siempre es consecuencia de la información recibida a través de un proceso de comunicación bidireccional sobre los retos de los clientes y de un meticuloso estudio de mercado, que luego se presenta al equipo de Pat. Entonces se pone en marcha el diseño.

Si parece sencillo, nunca lo es. “Diseñar una máquina completamente nueva que nadie haya visto antes es una tarea compleja,”  explica McCluskey.

Las máquinas rectificadoras de herramientas y cortadoras ANCA se apoyan en una ingeniería líder mundial y en unos conocimientos tan especializados que a menudo deben fomentarse internamente. Su enfoque de la innovación incluye máquinas, controles, software y accesorios relacionados, como robots, y su alineación vertical les ha mantenido al frente en un campo desafiante en el que hay pocos rivales serios.

Una selección de primicias mundiales a lo largo de 50 años incluye una sonda para digitalizar herramientas, el primer módem para asistencia y diagnóstico en una máquina y la primera simulación completa y real en 3D del proceso de rectificado.

 

Progreso de arriba abajo

“Por alguna razón, parece que somos el único fabricante de rectificadoras de herramientas que utiliza una base de hormigón polímero en sus máquinas,” dice McCluskey sobre una cosa que se hace de forma diferente.

Introducido por primera vez en la máquina TG7, lanzada en 1990, el hormigón polímero proporciona una base muy estable para las máquinas, amortiguando cualquier vibración. Su capacidad para absorber el calor minimiza las dilataciones y contracciones que podrían afectar a la precisión del rectificado.

McCluskey estudió lo que ahora se llama ANCAcrete en la década de 1980 como alternativa al hierro fundido y una forma de evitar la dependencia de los proveedores de fundición.

La autosuficiencia es crucial para que la empresa domine su mercado, según McCluskey.

Quizá lo más importante sea el desarrollo interno de sus CNC y servosistemas, así como del software. Los competidores dependen de controles CNC preconfeccionados, y ANCA es el único fabricante de rectificadoras que fabrica sus propios controles.

“Así que los alemanes y los suizos tienden a comprar el CNC japonés o el alemán e intentan adaptarlo lo mejor posible a su máquina,” explica McCluskey.

“Y es un ajuste torpe y no hacen el desarrollo en profundidad en el software que hacemos nosotros porque no pueden acceder al software... está todo bloqueado para ellos.” 

Las innovaciones más recientes se deben al Dr. Kotler Tee, Director Técnico de Servocontrol de ANCA. Una de las innovaciones ha permitido una resolución del servosistema de un solo nanómetro y se está aplicando a las nuevas máquinas de la plataforma ULTRA. “Reescribió los algoritmos de los servoaccionamientos del CNC para aumentar la resolución,” explica McCluskey.

“Para explicar este logro en términos sencillos, coja una regla de 300 milímetros y fíjese en un par de las líneas más pequeñas; la distancia es de 1 milímetro.” 

“Ahora divide esa distancia por 1.000, ahora tienes una distancia de 1 micra. En tu mente, divide ahora esa micra por 1.000, el resultado es ahora igual a 1 nanómetro.” 

“Diseñar la plataforma ULTRA ha sido un proceso de diseño desde cero que ha aportado elementos sofisticados al arte del rectificado.” 

Otros incluyen funciones innovadoras disponibles en la recién lanzada MicroX ULTRA, una rectificadora de herramientas de seis ejes que se estrenó en  EMO en 2023.

A lo largo de los años

Los primeros cuatro años de ANCA consistieron en adaptar controles CNC a equipos ajenos, como maquinaria especial, tornos y fresadoras.

Lo que McCluskey considera el avance no técnico más significativo se produjo en 1978.

Su principal OEM en aquel momento, Laser Lab, se instaló en Detroit, y ANCA envió al joven ingeniero John Roberts a trabajar en las instalaciones.

Roberts se encargó de reservar un stand en una feria y mostrar una CNC de ANCA. Según Roberts, el stand fue muy concurrido y suscitó un gran interés, así como la sugerencia de que ANCA fabricara una rectificadora de herramientas CNC para mejorar las poco espectaculares máquinas disponibles en aquel momento.

“La suerte estaba echada,” afirma McCluskey.

Otro acontecimiento no técnico importante fue la recesión australiana de 1982.  

“No queríamos seguir vendiendo en Australia por estos vaivenes de los mercados; queríamos cubrirnos,” añade. “Y el mercado estadounidense parecía ser el mercado para nosotros, y sólo necesitábamos un pequeño porcentaje de ese mercado y eso era suficiente, más de lo que podíamos manejar. Y lo conseguimos.”  “Si no hubiéramos tomado esa decisión, habríamos quebrado.” 

Cincuenta años después, el 98% de los ingresos proceden de la exportación, con clientes en más de 45 países.

ANCA tiene más de 1.200 empleados en todo el mundo, con oficinas en el Reino Unido, Alemania, China, Tailandia, India, Japón, Corea, Brasil, México, Italia, Turquía y Estados Unidos.

Aunque parte de la producción se realiza en Tailandia y Taiwán, el corazón de la empresa -su sede y base de innovación y fabricación- sigue estando en el barrio de Bayswater North, en Melbourne.

Casi una décima parte de los ingresos se destina a I+D.

“ANCA es mi vida y estoy orgulloso de celebrar su 50 aniversario y de que hayamos sido capaces de construir la empresa hasta el tamaño que tiene y con reconocimiento mundial,” añade McCluskey.

La oportunidad para que los ingenieros trabajen duro en problemas complicados, líderes a nivel mundial y significativos se remonta a las raíces de la empresa.

“Creo que es porque Pat (Boland, cofundador de ANCA) y yo tuvimos que trabajar muy duro al principio, cuando casi nos arruinamos, y desde entonces no hemos hecho otra cosa que trabajar duro,” afirma.

“Y las personas que trabajan con nosotros también se entusiasman mucho trabajando duro.”

Mantenerse alerto y capacitado

En  la opinión de McCluskey, ANCA tiene algo como una  “universidad abierta.” 

Atrae a muchos jóvenes brillantes que están motivados por desafíos técnicos más que por dinero y por ver su trabajo plasmado en un producto físico (lo que no siempre pueden hacer en una universidad).

“En la universidad pueden estudiar teoría todo el tiempo que quieran, pero al final de esa teoría, pasan a otra cosa,” sugiere McCluskey.

“Mientras que aquí, al final de su teoría, tienen una máquina nueva sentada en el suelo y han escrito el software para ella, o han escrito el código para la unidad de visualización.” 

Atraer graduados inteligentes en ingeniería no ha sido un problema, añade.

“Un grupo de estudiantes de una universidad técnica no tarda mucho en conocer ANCA. No tenemos que decírselo, aprenden hablando entre ellos y es un lugar estupendo para que trabajen,” afirma McCluskey.

“Reciben un sueldo estupendo, están bien atendidos y, sobre todo, son respetados por sus compañeros y por los propietarios de la empresa. Eso no lo consiguen trabajando para una gran empresa.” 

Al ser la única organización de Australia que fabrica máquinas-herramienta, y con una demanda de trabajadores de montaje de muy alto nivel, la única opción real para encontrar operarios debidamente cualificados es formarlos internamente.

Otra característica de ANCA es la movilidad ascendente de los aprendices, muchos de los cuales pasan a ocupar puestos directivos. Cuando ascienden o se marchan, hay que sustituirlos.

“Formas a estos trabajadores para que trabajen en el taller de montaje de alta precisión, pero unos años más tarde te das cuenta de que están en el extranjero y hay que sustituirlos. La necesidad es continua,” explica McCluskey.

“No podemos enviarles a las escuelas técnicas porque no tienen un programa para formar a montadores de máquinas herramienta. Y pueden ir a buscar a otras empresas, pero no hay ninguna como ANCA.” 

ANCA ha estado aceptando aprendices y formalizó su programa en 2011. McCluskey escribió el material original del curso.

“Estaba razonablemente contento cuando me enteré de que tendríamos que crear nuestra propia escuela de formación de aprendices,”  recuerda.

“Porque era algo en el fondo de mi mente que siempre había querido hacer de todos modos.”

McCluskey comenzó su carrera con un aprendizaje en el Departamento de Suministros de la Commonwealth, donde conoció al cofundador de ANCA Pat Boland (entonces ingeniero cadete en la Universidad de Melbourne) en 1968.

Está satisfecho con los resultados del programa de la empresa y con su capacidad tanto para crear nichos de competencias en ANCA como futuros interesantes para los jóvenes empleados.
“La gente dice que los jóvenes de hoy son unos inútiles. Yo diría que no. Yo diría que si se les da la formación y las oportunidades adecuadas, se sacará lo mejor de ellos,” afirma McCluskey.
“Un chico este año terminó su tiempo, obtuvo sus contratos en la última noche de presentación y dos noches después estaba en un avión a Estados Unidos. Va a trabajar en la oficina estadounidense en Detroit. ¡qué oportunidad para un chico!”