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Las tensiones políticas y económicas han sido una motivación para que las mayores economías globales inviertan en la modernización de sus sistemas de defensa.
Según el informe de visión para la industria aeroespacial y de defensa para el 2020 de la firma Deloitte, el gasto global en la industria aeroespacial crecerá un 3 % comenzando en 2019 y alcanzando USD 2.1 billones en 2023.
Aún cuando el mismo informe resalta que los retrasos en la entrega de aeronaves comerciales se están reduciendo con respecto a los valores pico de 2018, aún quedan 14,000 aeronaves por entregar y cerca de 40,000 nuevas por fabricar para el año 2038.
Tanto los grandes fabricantes globales, como sus proveedores están trabajando a pasos forzados para lograr suplir los pedidos en una industria de alto valor agregado.
Tan solo en aeronaves regionales se esperan ventas de más de 5,000 unidades en los próximos 20 años principalmente para la reposición de flotas antiguas y demanda para la interconexión regional en el Medio Oriente, Asia-Pacífico y Latinoamérica.
Con respecto a esto, es crucial que las compañías que quieren incursionar, o crecer en este negocio, inviertan para adoptar nuevas tecnologías de manufactura, debido a que los clientes en la industria aeronáutica se vuelven más demandantes en términos de calendarios de entrega y de personalización de sus productos, los jugadores de la industria deben apuntar por una producción más ágil, que priorice la calidad y saque provecho de la capacidad de los análisis predictivos para reducir costos y tiempos de desarrollo.
Al invertir en tecnologías digitales, no solo a nivel de taller, sino de mejora en la eficiencia de las cadenas de suministro basadas en blockchain es posible lograr acortar el tiempo de incursión de la industria metalmecánica latinoamericana en cada vez más eslabones de proveeduría aeronáutica. Según estudios del sector, adoptar este tipo de iniciativas de producción inteligente pueden resultar en aumentos del 10 al 12 % en productividad sin inversiones de capital mayores.
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